noleopoetas

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SS

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El deseo de permanecer despierto entre pilas cuerpos dormidos me sofoca,
despierto de truenos y gritos ahogados en barracas de hielo,
la humanidad atrofiada y desnutrida, como perros en jauría sobre un campo desierto.
Las banderas y los emblemas, sucios estandartes del odio y el silencio de una generación completa.
No hay perdón cuando se fornica en el infierno, no hay honor entre el hombre y su demonio,
el borde del abismo se divierte engullendo la sangre y la conciencia,
con la inconsciente fidelidad hacia un crucifijo deforme.

¿Observan los degollados en mis manos los dracmas, los zloty y las liras,
observan ellos apilados en un rincón el destino de su despojo?

El llanto, el estruendo y luego su silencio, su voz extinguida por el diablo vestido en uniforme, órdenes, mandatos, evangelios, los ojos claros no pueden distinguir ya lo bueno de lo malo.
El llanto de un niño dentro de un vagón húmedo y abandonado;
Y el hombre depravado que aspira a crecer por sobre el cielo y abominar a su paso como la peste,
Retoza en el maligno exorcismo de una idea engendrada por un sexo bastardo.

Lo observa dios tal vez y se hace cómplice con su inmundo silencio,
sabiendo que en su nombre se incinera día tras día la débil existencia de un mundo peligroso.

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