Chilean Way

January 4, 2011 by revolvermiserable 1 Comment

__Yo tenia ocho años la primera vez que mi padre me violó__ la mirada decidida y constante de la joven logró inquietar al hombre que estaba frente a ella y la escuchaba, no parecía avergonzada o triste, a pesar que el salón en dónde estaban sentados se encontraba casi lleno de observadores y morbo.

__La última fue hace tres días, añadió, dos semanas después de saber que estaba embarazada, no le importó y me violó de nuevo.

Se produjo un silencio muy incómodo dentro de la sala de audiencias, algunos de los presentes murmuraron, otros callaron sin saber qué más hacer o decir.

Hace un par de días los medios de comunicación recogieron la noticia. Esta niña de catorce años se acercó al centro hospitalario comunitario, en un sector marginal en la ciudad de Santiago, presentaba dos meses de embarazo y múltiples lesiones atribuibles a abuso sexual prolongado y reiterado en el tiempo. El autor de estos ataques, según lo señaló desde el comienzo, era su propio Padre.

Inmediatamente las policías comenzaron los operativos de búsqueda y dieron en pocas horas, con el paradero de ese hombre, para arrestarlo y ponerlo a disposición del fiscal encargado en el mismo momento. Paralelamente canales de TV, radio y prensa escrita entrevistaban a familiares, vecinos y conocidos, ex pretendientes y compañeros de colegio…

Nadie sabía nada.

El objetivo de esta reunión, era atender por parte de algunos legisladores, la petición inicial de la joven. Ella exigía interrumpir su embarazo, reclamaba el derecho de decidir sobre su propio cuerpo, el derecho de decidir en un ámbito en donde su familia, los organismos de protección, las policías y la sociedad entera le habían fallado.

Es entonces, debido al revuelo mediático y público que causó la noticia, la televisión, la radio y los diarios siguiendo minuto a minuto  a esta pequeña mujer, que un grupo de diputados de la republica optaron por entrevistarla y escuchar su reclamo y las razones de tamaña exigencia.

__Recuerdo que la primera vez estábamos solos en nuestra casa, mi mamá había salido a la feria con mi hermano más chico y mi papá estaba tirado en la cama, borracho como siempre. A mi no me gustaba eso, el olor, aunque era normal, siempre estaba así. Me acuerdo que llegué a jugar con él a la cama, estaba aburrida de ver tele.

__Pero tú sabías que tu padre estaba ebrio y que eso era peligroso para ti, sabías que era un riesgo y de todas maneras te acercaste a él, agregó el diputado en su entrevista.

__Sí lo sabía, contestó sin dudar en su respuesta ni en el tono enérgico de sus palabras__ estaba tan conciente del peligro como lo puede estar una niña de ocho años junto a su padre.

__ Y qué es lo que quieres, nos hemos reunido en este lugar para decidir si se te otorga la oportunidad de interrumpir este embarazo tuyo… ¿en verdad quieres abortar a ese niño?

__ Sí, lo deseo con todo mi corazón, hace más de 7 años que ese hombre abusa de mí, casi todos los días, no quiero un hijo que me lo recuerde por el resto de la vida.

__Tú sabes niña que nuestra ley no permite esa posibilidad, y debes saber también que quienes somos creyentes no toleramos la idea de sacrificar un niño no nacido, por mucho que el origen de esa criatura sea horrible para ti, Dios no nos perdonaría.

__Lo que yo se, señor, es que su ley nos está matando a los dos. ¿Qué es lo que quiere de mi, necesita más detalles, las cosas que me ha obligado a hacer? ¿Quiere saber cuantos días sangré después de la primera vez que me violó? ¿Tengo que decirle acaso que mi madre no hizo nada cuando lo supo?

__Niña, no es eso lo que queremos aquí, solo necesito hacerte ver nuestro punto de vista. Según los valores cristianos en los que fuimos criados y en los que creemos, la vida es un regalo de nuestro señor y es un deber y una obligación protegerla a toda costa.

La niña lo miró con una gran sonrisa, como si algo le hubiera causado una gracia que nadie entendía.

__ ¡Dios dice, dios pide y dios quiere!… ¿ese es su único argumento caballero?

__Su Dios, señor, mataba constantemente por cosas de menor importancia…

__Mátenlo a él en el nombre de su Dios y la justicia que tanto defienden…y dirigió su mirada hacia el rincón en donde su padre, imputado y atado, se encontraba rodeado por dos policías.

__Mátenlo a él, repitió… y yo conservo al niño.

Es difícil describir la inmensa luminosidad que adquirió la sala en ese momento, llena de flashes, focos y pantallas traídas por una centena de periodistas de distintos lugares del mundo, todos conectados en directo a sus respectivos centros noticiosos, todos informando y transmitiendo en línea, en vivo y a todo el globo, siguiendo la entrevista, tomando primeros planos de la niña y sus entrevistadores.

La gente tiene el derecho de saber…

__Estoy tratando de entender lo que sientes, el odio y la ira, pequeña… pero lo que pides es imposible, inadmisible, no podemos condenar a muerte a tu padre ni a tu niño.

Pasados unos densos segundos, el diputado habló para todos los presentes de nuevo, pero mirando a la jovencita principalmente.

__Bien, se levanta la sesión, no podemos atender tu problema de la manera en que lo solicitas, se te asignará un equipo de especialistas, abogados, médicos y psicólogos, ellos cuidarán de ti e intentarán ayudarte a afrontar tu embarazo de la forma menos traumática posible. En tanto, se te trasladará a un hogar provisional para que inicies tu recuperación.

__Te deseo suerte y que Dios te bendiga.

Durante una semana completa la noticia fue tratada a fondo por todos los medios involucrados. Reuniones parlamentarias, Focus Group, charlas éticas y filosóficas en universidades e iglesias, medios de comunicación, conversaciones de sobremesa, encuestas telefónicas. La sociedad completa opinó sobre la opción del aborto, la enorme fortaleza de la niña sin nombre, la sanción exigida por ella y la respuesta del legislativo.

Y paulatinamente el asunto se olvidó.

Un mes más tarde, en una pequeña columna dentro de las páginas de un diario capitalino, uno de sus párrafos llamó mi atención:

Santiago, 20 de enero de 2010.

“La joven de iniciales E.C.S.C. de quince años, cumplidos hace cuatro días, fue encontrada en el baño de una casa de acogida del SENAME, ubicada en la localidad de Talagante, región Metropolitana. Presentaba profundos cortes en sus muñecas, presumiblemente hechos con restos de vidrio en una de las ventanas. Todos los esfuerzos por salvar su vida o la de su bebé, presentaba un embarazo de tres meses, fueron inútiles”…