noleopoetas

El que quiera leer que lea, igualmente todos son bienvenidos

Nadie Se Muere de Eso

6 Comments

Ahora que te veo sentada a mi lado, observando por los pequeños cristales que dan hacia el espacio que nos revela este avión en vuelo, con tu cara de no ceder en nada, sin hablarme ya por varias horas, desde mucho antes que despegáramos del aeropuerto en Montevideo y me dijiste que llegando a Chile no querías volverme  a ver.

Y ahora, después de sacarme de encima la sorpresa y la pena, ahora que lo pienso con detalle no es justo, porque han pasado los años, han pasado las horas, han pasado todas tus crisis y han pasado los momentos menos felices, y solo yo he permanecido siempre a tu lado, sin importar mis metas, sin importarme más ni la familia ni los amigos.

Y otra vez me quedo sin decir nada, sin atreverme a romper el sutil silencio que nos separa más y más, sin dejar salir las palabras que tanto deseo decir y que no me atrevo.

Tengo mis amigos que se quedan callados para no volvernos a pelear por yo defenderte y ellos atacarte, pero ellos lo saben desde hace tanto tiempo, y ya no me lo dicen, no me lo dicen porque me tienen pena, lástima de estar yo contigo, sabiendo las cosas que haces, las mentiras que vives, pensando todos en que no lo se y pobre de mi, sin detenerse a pensar que tal vez soy yo mismo quien en mi extrema cobardía y mi inmenso amor por ti lo ha permitido todo.

Yo te vi con ella, te seguí muchas veces cuando se encontraban en su departamento y no pude decirte nada, ni echártelo en cara porque antes ella era mi amiga también y yo siempre supe lo que tenias adentro, tus dualidades, todos lo saben menos tú.

Y sigues mirando las nubes pasar por tu ventana y haces como si yo no estuviera  muriéndome a tu lado, esperando no llegar nunca a Santiago para no volver a verte, para separarnos porque ya no me soportas, porque soy un cobarde que nunca te ha dicho nada.

Pero no entiendes que no quiero enfrentarte, insultar tu vida, insultar mi propia vida a tu lado, no quiero perder las migas que me tiras de tanto en tanto.

Y estoy de acuerdo contigo cuando me dices que soy patético, pero es que yo te quiero, no he conocido ninguna mujer tan bella que quiera estar a mi lado y aunque siempre me echas y me pegas igual sigues conmigo y no te creo que se haya acabado.

Aunque nunca lo dijiste tan en serio, nunca tus ojos los vi tan decididos a dejarme, y no se cuanto lo habrás pensado, por cuanto tiempo esta idea pueda haberte rondado, la verdad es que nunca pude saber lo que estás pensando.

Hace horas que dejaste de hablarme, ni siquiera abres la boca para entregarme algún insulto, alguna mala palabra y aunque ya lo habías hecho antes, esta vez empiezo a creer que es cierto, que ya no volveremos a estar juntos y me acuerdo cuando nos conocimos, cuando me miraste con tus ojos negros y percibí tu ternura escondida y caminamos toda una tarde tomados de la mano, cuando todo era distinto y estábamos solos los dos y nadie más importaba. Y recuerdo las cosas que nunca más nos dijimos, las promesas de esos primeros días y que nunca cumplimos. Tengo tantas cosas adentro y que quiero compartir contigo, pero no puedo hacerlo, se acabó ya el tiempo y se agotó tu paciencia.

Mientras una azafata ofrece algunas bebidas, tu volteas y me pides por favor recoja una coca para ti, tengo sed me dices con la voz seca, tengo pena pienso en responderte yo y como siempre no lo hago. Pero me gusta pensar en que aún me necesitas para las cosas pequeñas, que no puedes dejarme atrás todavía y sonrío suavemente mientras observo tu cara que otra vez está fija en el cristal de la ventanilla al costado. Y pienso en llegar a Santiago y tomarte de la mano al bajar del avión, y dejar atrás todas las peleas, los malos ratos y las infidelidades y ser feliz a tu lado, como cuando nos conocimos y tus hábitos eran totalmente desconocidos para mi, pero esta vez es cierto, me lo dijiste muchas veces, con insistencia, con frialdad.

Y sigues mirando pasar los minutos, sigues con tu vista fija y fría y sabes que te observo hace mucho rato, seguro que estás jugando, que todo es una de tus bromas, las que siempre haces cuando dices que vas a dejarme, porque simplemente no puede ser cierto y es por eso que a pesar de toda la pena estoy feliz y me sonrío sentado a tu lado.

6 thoughts on “Nadie Se Muere de Eso

  1. Ya no es una cachetada… sino una certera patada en la entrepierna.

    Fuckin' espejo…

    … en cierto modo.

  2. en realidad tiene razón ella, eres bien patético a decir verdad

  3. Eres un payaso… con todas sus letras, su prosa y su poesía…
    Me das asco!
    Sinceramente, por la salud del resto, clausura este antro de porquerías…
    Atte.

    Juanelo Rock

  4. Siempre estoy abierto a cualquier crítica (cosa que no todos pueden decir) sin embargo para que no parezca una pataleta de mina despechada espero algún tipo de argumento detrás. Juanelo Rock, espero por tu iluminación.

  5. "Nadie se muere de eso", cierto, pero que triste es la agonía.
    Bello cuento, doloroso, que me hace recordar tantas cosas.. saludos Seba 🙂

  6. Extraño bocanadas de relatos frescos por acá….

Leave a comment