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Un Día En La Vida

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Por la mañana me desperté bastante temprano, como todos los fines de semana decidí salir a dar un paseo corto, con mi mejor repertorio musical instalado en el reproductor mp3 que me acompaña a todas partes. Abrí la puerta de calle y di mis primeros pasos casi con los ojos cerrados, debo confesar que aún no podía abrirlos bien a causa del sueño, por esa razón es que no vi al grupo de personas que se estaba congregando en la esquina. Cuando levanté la vista e hice contacto visual con uno de ellos, un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero ya era tarde.

El hombrecito de corbata me miró con una sonrisa en la cara, me dio los buenos días y se dispuso a hablarme.

_ Buenos días joven, quisiera compartir con usted las buenas noticias…

No lo dejé terminar, como no tenía otra alternativa aceleré mis pasos y seguí mi camino simulando no haberlo escuchado a causa de los audífonos y el volumen alto.

El individuo volvió a sonreír y comenzó a seguirme, no iba a darse por vencido. Caminamos una, dos, tres cuadras y seguía tras de mi mientras vociferaba del amor de Dios y otras cosas medio místicas que no me interesaban nada.

_¡Déjame ya!_ le grité y al mismo tiempo le lancé un escupitajo con lo más espeso de mi flema, pero el hombre (biblia en mano) le dio un golpe de revés como el mejor de los tenistas, haciendo rebotar el gargajo directamente sobre mi cara y continuó hablando.

Afortunadamente desperté de este desagradable sueño con una sensación aún más desagradable en la cabeza y decidí como era de esperarse, salir a caminar. Me levanté y lavé mi cara con abundante agua fría, una vez vestido y bien despierto abrí mi puerta, miré con cuidado a ambos lados del camino y salí sin miedo.

Por suerte, esta vez en la esquina de mi calle, no había nadie.

2 thoughts on “Un Día En La Vida

  1. mmmm… arrepiéntete pecador…!!!! (?)

  2. Solo si es un sueño verdad… ojala todos aprendiéramos de los sueños
    pero con la mayoría de los errores no podemos despertar

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