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El que quiera leer que lea, igualmente todos son bienvenidos


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Zombie Amor

Espero que puedas encontrar esta carta en el espejo de nuestra habitación, donde siempre te dejo los mensajes mi Chanchita, y he orado a Dios para que logres leerla antes que el pus y la infección disuelvan tus hermosos ojos negros.

Quiero que sepas que te vi gatear y arrastrarte como una fiera, pude oler en ti el hedor de la muerte y aun así intenté besar tiernamente tus labios, sin importarme su grado de descomposición, ni la forma descontrolada en que ansiabas morderme.

Desde que cesó la fiebre y extrañamente volviste a la vida no dejé de mirarte. Estabas atada a mi cama, no de una manera erótica como las veces anteriores, y aunque jadeas y gruñes igual que siempre, la sangre coagulada que se ve en las cuencas de tus ojos y en la comisura de tus labios y el color verdoso y putrefacto de tu piel me hicieron pensar en dejarte.

Podrás pensar que soy un tipo frívolo, que mi amor por ti no tuvo la fuerza suficiente y que era solo un engaño, pero la verdad es que hay cosas para las que no estaba preparado y me asustas.

Ese líquido viscoso que brota de tu entrepierna y baja por tus muslos ya no me excita en lo absoluto, no huele a la fragancia de las rosas como lo hacía antes y lamentablemente mi amorcito, yo pienso que el deseo era una parte muy importante en nuestra relación.

No creas que será fácil para mí dejarte abandonada en la que, hasta antes de la epidemia, fue nuestra casa. Te prometo que antes de marcharme junto a los demás sobrevivientes, intentaré dejar a tu alcance algunos animales muertos para que puedas alimentarte por unos días, seguramente con el tiempo comenzarás a comerte a la gente como lo hacen los otros, no podría culparte por eso.

Espero que me perdones, solo intenta recordar nuestros buenos momentos.

P.D. Seguiré pensando en ti por siempre desde el refugio, a la distancia.

Con amor tu Carlos.